La casualidad hizo que en 2018 tuviéramos la oportunidad de visitar Brooklyn en agosto y en noviembre, en pleno verano y en plena celebración de “Acción de Gracias” como preludio del invierno y de las fiestas de Navidad. ¿Con cuál me quedo? Son tan diferentes y apasionantes a la vez que no puedo decantarme por una sola. Lo que sí que os puedo decir es que me encanta Brooklyn, siempre ha sido uno de mis lugares favoritos, para visitar e incluso para vivir, como ya os he contado en otras ocasiones. Decir que Brooklyn es uno más de los distritos de NYC es quedarse corto. En realidad es el más poblado, con casi 2,5 millones de habitantes. Enfrente de Manhattan e independiente de la misma hasta 1898, año en el que se unió en lo que algunos consideran el “Gran Error de 1898”, por lo que muchos de sus habitantes aún se consideran de Brooklyn y no necesariamente de New York. Brooklyn como distrito, o como ciudad en sí misma según considere cada uno, tiene a su vez muchos ambientes distintos según el barrio en el que te muevas: Bedford Stuyvesant, Brighton Beach, Sunset Park… y sin duda mis favoritos Williamsburgh y Bushwick
Para empezar, mi ruta recomendada sería la de cruzar desde Manhattan a través del Puente de Brooklyn, que ya es en sí mismo una atracción cultura e histórica, y llegar a la zona denominada DUMBO, con sus mercadillos, sus tiendas, y como no, la foto obligada en Washington Street con el Puente de Manhattan al fondo. No os podéis perder los innumerables cafés, cada uno con su estilo, los grafitis en la calle, las tiendas de ropa “vintage”, librerías, las casas de Brooklyn con sus escaleras exteriores tan características, en fin no me canso de recordar todo lo que vimos, pero aún es más lo que nos queda por ver. Por último, recordaros que al sur de Brooklyn se encuentra Coney Island, con su parque de atracciones y su playa, tantas veces escenarios de las películas que siempre hemos visto, ya hice un post dedicado que puedes ver aquí.
Photograped by Juan Gámez, Jeffrey Herrero & edited by Jeffrey Herrero