Creo que ya se ha convertido en una tradición para nosotros: celebrar el año nuevo chino en Usera en Madrid. Este año, el del cerdo, en vez de ir a las actividades y actuaciones del sábado, como os conté el año pasado en este post, decidimos hacer la visita el domingo por la mañana coincidiendo con el desfile por las calles. Es divertido, una explosión de color y estética mezclada con las vecinas de toda la vida asomadas a los balcones con su ropa tendida y en bata de guatiné de colores, a juego con los dragones chinos. Una mezcla curiosa y bizarra que me fascina. Se aprecia que está todo hecho con mucho cariño y con muchas horas de trabajo por las asociaciones de vecinos que conforman una mezcolanza de nacionalidades que conviven sin ningún problema aparente. Para terminar la visita, es obligado comer en uno de los restaurantes chinos con menús escritos en chino, y de postre un helado chino de gofres de huevo que con tanta fuerza han irrumpido en todo el mundo como los bubble waffles.
Photograped by Juan Gámez, Jeffrey Herrero & edited by Jeffrey Herrero